La palabra tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento a alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarlo y finalizar el día.
Una palabra destructiva dicha a alguien que se encuentre desanimado puede ser lo que le acabe de destruir.
Solo las personas especiales se dan el tiempo para para animar a otros.
"Aerodinámicamente, el cuerpo de una abeja no esta hecho para volar; lo bueno es que la abeja no lo sabe"
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