Cuando todo de parezca difícil. Y tus días se vuelvan grises y negros. Cuando pierdan el color. Solo recuerda una cosa. Aquí estoy yo. Ofreciendo mi mano. Como en un ademán sin destino.
No te ofrezco el sol o la luna. No te ofrezco dinero ni fama alguna. Mis brazos son cortos y no te puedo dar la luna. Pero te ofrezco mi mano. Y te ofrezco mi corazón. Eso si puedo dártelo.
Aquí parado en medio de la vida. Como en un ademán sin destino. te ofrezco mi Alma para acomañarte en el camino.